Ahora denominada
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, esta urbe polifacética tiene
muchas y coloridas características lo que hace que en este contexto
de necesaria brevedad la cuestión del título sea encarable refiriéndome
sólo a algunas de esas características. La autonomía asemeja institucionalmente
nuestra ciudad a las restantes provincias argentinas a las cuales
se parece por integrar la Nación, pero mucho más se diferencia por
su magnitud urbana que la presenta como una de las ciudades del
mundo. Ya que es la Capital de la República pertenece por igual
a los que la habitan cotidianamente como a todos los argentinos,
desde una punta a la otra del país, sin olvidar que atrae visitantes
de cualquier rincón del planeta para conocerla y disfrutarla durante
sus recorridas, recorridas que por largas que sean en el tiempo
no les alcanzará para conocerla totalmente. Es una ciudad abierta
y atrayente, pero repleta de detalles y misterios ocultos para el
habitante o forastero que la recorra apurado . Ciudad creciente,
cosmopolita y seductora, pero vertiginosa y hasta feroz, lugar de
sueños y pesadillas, juntos y a diario . Se es residente de ella
por propia decisión, sin importar donde se ha nacido físicamente
ya que porteño se hace y no se nace. Por su complejidad -antigua
y moderna; amable y cruel o simpática e infernal - es poseedora
de variadísimas particularidades que son una fuente inagotable de
estimulante inspiración literaria, ofreciendo elementos para la
obra de poetas, narradores, ensayistas y demás hacedores creativos.
La lista de escritores avalando estas afirmaciones triplicaría esta
exposición y a modo de ejemplos - incompletísimos - recordaré a
Julio Cortázar insistente explorador de Buenos Aires en sus cuentos
y novelas (" Los premios" comienza en las calles Perú y Avenida
de Mayo y allí mismo se finaliza el libro) y a Jorge Luis Borges
con su "Fervor de Buenos Aires".
Racionalizando mis opiniones acerca de qué manera opera Buenos
Aires como tema de inspiración me aparece primera y creo que inevitable
la pregunta:
¿Buenos Aires es una ciudad, es varias o ninguna? Rápidamente
descarto la última opción y las respuestas siguientes tienen algo
de interrogantes. ¿La ciudad tiene alguna coloratura única o tantas
como son sus barrios?
Podemos afirmar que hay muchos y diferentes barrios en Buenos Aires,
pero nos quedaremos dudando si son quince, treinta o tal vez cien
como cantó tantas veces Alberto Castillo, quien a pesar de su pasión
juglaresca no podía nombrar más que algunos de esos espacios barriales,
distínguibles por sus particularidades y finalmente mezclados unos
con otros. No es posible analizar los componentes de esta ciudad,
inspiradora de tantos escritores, olvidando el vital conglomerado
que constituyen los partidos del llamado Gran Buenos Aires, con
sus poblaciones y costumbres influídas e influyentes en la cultura,
porteña, cultura esta con pretensiones de rectora de los hábitos
y consumos de sus vecinos, cercanos y lejanos, Ciudad bien definida
en los planos teóricos de los cartógrafos pero sin límites hacia
adentro y hacia fuera, como le ocurre a los colonizadores amables
que absorben todo los que les llega, o tal vez sea, como dijo André
Malraux, la capital de un imperio que no existió jamás. Qué escritor
podría no aprovechar esta exhuberante fuente de inspiración, plena
de modalidades distintas conviviendo en esas desigualdades de manera
un poco cordial, enojosa, pacífica y violenta a la vez. En Buenos
Aires cohabitan linyeras y villeros tocándose a diario con residentes
de espectaculares y lujosos condominios. Sus calles son transitadas
por intelectuales , artistas y analfabetos, todos juntos, queriéndolo
o no. Circulan vehículos modestos, destartalados o sobrios al lado
de lujosos automóviles, más costosos que varias viviendas. Material
rico, mezclado o mezclable para escribir en y sobre Buenos Aires
, ciudad que, por ejemplo, tiene prohibida la circulación de vehículos
de tracción a sangre y que sin necesidad de la ficción literaria
o de la historia recordativa nos deja ver por todas sus arterias
el andar cansino de carros fellinescos tirados por caballos, olvidando
las prohibiciones como en las novelas o remolcados por los botelleros,
papeleros y cartoneros esperando la fotografía que los transforme
de miserables a obra de arte. Cuánto tema han brindado para las
narraciones los inspectores municipales con su flexibilidad, tolerancia
o venta de indulgencias. temas explorados por las temáticas costumbristas
o denunciantes. Esta es una ciudad donde se habla un idioma que
parece español y se escuchan también muchas otras lenguas que alguna
vez se ligan entre sí.
Otra vez la pregunta: ¿cuántas ciudades ocupan pacíficamente
Buenos Aires? Tal vez el tiempo quiera dar la respuesta cuando aparezcan,
en pocos años más, las diversas comunas de la ciudad, comunas en
que se dividirán la urbe en los planos sin poder alcanzar a separar
o reunir estas diversidades naturales e inevitables de toda de gran
ciudad. Sin duda tan rica amalgama de componentes hace que abunden
temas, personajes y objetos ciudadanos regalando material para inspirar
a los escritores : avenidas rutilantes y calles cavernarias; plazas
bien cuidadas y otras donde reina el abandono, teatros, un obelisco
admirado y denostado y mucho temas más para impulsar las plumas
literarias. Conocidos escritores situaron y nombraron a la ciudad
en su obra pero Leopoldo Marechal con su "Adán Buenos Ayres" pareciera
indicar que aquí empezó la marcha del hombre, en cabeza del personaje
bíblico que le da nombre a su novela. La nuestra es una ciudad que
se ubica más allá del dibujo que traza la Avenida General Paz y
la masa de agua que la rodea, parece dócil y sin embargo se muestra
muchas veces simultáneamente esquiva, tan fácil de apropiarsela
como de perderla porque está llena de velos misteriosos capaces
de impulsar la imaginación de artistas que sepan descorrerlos, recrearlos
y describir con talento cuanto muestra y cuanto oculta una ciudad
múltiple y cambiante según se la vea de día o de noche, en verano
o en invierno y que nunca se agotará como yacimiento inspirativo.
Bastará descubrirla y recrearla en palabras, ya que los motivos
abundan para auxiliar a los hacedores de dibujos desarrollados con
palabras adecuadas.
Abundan respuestas positivas para contestar el tema que nos da
título ya que Buenos Aires además de múltiple es dinámica, colorida
y con muchos espíritus habitándola.
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