1977 / 1980 / 1985: Tres ediciones del poemario "Dos veces trece" |
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1978 : "Cuentos urbanos"
Editorial Troquel |
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1981 : "EL CORONEL, cuentos ocho y un regalo",
de Enrique Rueda Editor |
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1985 : "Los 13 cuentos del colectivo"
de Ediciones Ediliba |
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1988 : |
"Teresa Carmen Freda y su obra
literaria" Ediciones P.L.A. (TODAS ediciones de Buenos Aires) |
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1990 : |
"Soñando cuentos y pesadillas"
de Ediciones La Urpila (de Montevideo) |
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Mención especial "Faja
de Honor" Sociedad Argentina de Escritores, Buenos Aires 1991 |
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1995 : |
"Taller literario, juego y escuela"
Torres Agüero Editor Bs.As. |
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1997
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"Soñando cuentos y pesadillas"
, nueva edición argentina de Torres Agüero Editor,
Bs. As. |
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"Faja Nacional de Honor" de la Asociación
de Escritores Argentinos Año 2001 |
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2000 : "Magdalena, no llorar",
novela, de Ediciones del Valle, Bs. As. |
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2005
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"La vida no es tan perfecta como uno quisiera ", novela, de Ediciones del valle,
Bs. As. |
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2006
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"todo es Cuento", con varios autores, de Ediciones Ronda Literaria. |
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2007
: |
"La magia los convirtió en reportajes", Ediciones Tu Llave. Coautoría con Hugo M. Perticarari. |
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2008
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"Horas felices y otros cuentos" de Aldo Tibaudín, Estudio preliminar, en coautoría con Zulma Esther Prina. Editorial Hombre y Camino de Buenos Aires. |
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2010
: |
"Nunca se oyó tanto el silencio", novela por Ediciones del Valle. |
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2015
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"Sólo Belleza", notas de Cía. Editora de la Matanza. |
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2020
: |
"Enciclopedia Radial", Ediciones Master Digital. |
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Su OBRA figura incluida en diversos repertorios.
Propone la literatura como un medio de elevar la calidad de vida.
Con relación a la narrativa sostiene la conveniencia de la unidad temática en los libros de cuentos, criterio respetado en su obra. COORDINÓ talleres literarios. Desde 1991 dirige las separatas coleccionables de narrativa, "todo es Cuento" |
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"Gabriela" |
Intensamente revivo aquella tarde en que llegó con su madre, casi distraída, jugando con un reloj japonés. Debí erguirme y respiré profundamente para dominar la conmoción que corrió por mi cuerpo turbado por la figura de Gabriela. Después pensaria con irritación y autocrítica sobre mi actitud prudente (¿o fue cobardía?) ya que para no demostrar cuánto me atrajo la miré un poco y disimulé quedándome sin detalles para gozarla en la memoria.
En la soledad del escritorio me esfuerzo para recuperar su imagen, recomponerla y suponer que la veo otra vez: cabellos marrón rojizos y seguramente suaves, de brillo cambiante a coro con sus movimientos. Dos ojos luminosos le adornaban su rostro angelical y sonriente de dibujo perfecto. El cuerpo de Gabriela lo hubiera querido rodeado con mi abrazo apasionado; temblaba ante su camisa tostada resaltando las turgencias del pecho y cuando espié su escote soñé mas de lo que pude ver. Mientras Gabriela permaneció en el negocio sus movimientos dejaron ver el animal ardiente que se revolvía dentro de esas ropas juveniles: su sonrisa me provocaba o así lo creí, volando con mi deseo hacia espacios donde la madre no aparecía y Gabriela me pertenecía.
Ese atardecer sin clientes, la merienda fue mi única compañía ya que mi desgano resistia alimentos: todo entusiasmo se fue con ella.
-¿No me oíste llegar? - preguntó burlón Sergio sacándome de mi viaje.
No le contesté pues me faltaron palabras y con la cabeza, sonriéndole, asentí: era hora de cerrar la lencería e irnos a cenar. Mi esposo tenía razón. |
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Cuento publicado en la antología "EUFONÍA" |
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